domingo, 16 de octubre de 2011

Las Vegas

Curioseando entre recuerdos, he encontrado un texto que escribí hace once años en Las Vegas. No recuerdo dónde lo escribí exactamente, ya que en aquel viaje no llevaba mi ordenador. En realidad, mi intención era comprarme allí uno nuevo, pero mi tarjeta de crédito europea no debía de ser muy compatible, porque al ir a cobrármelo el vendedor algo falló, y me quedé completamente sin crédito (y sin ordenador). Recién llegado a Las Vegas.

El texto es una impresión rápida de la miríada de sensaciones que me asaltaron en aquella ciudad. No estoy seguro de que la segunda parte sea un poema. Tal vez era sólo un boceto taquigráfico. Le he puesto los acentos, y he cambiado la nh por la ñ pero, aparte de eso y de algún  mínimo retoque, lo he dejado como está. Testimonio y crónica. En bruto.

Aquí va:

"Las Vegas: indescriptible. Todo se mueve, todo cambia. Neones, shows de luces y de música en bóvedas luminosas, primero desde la cúpula de vidrio del restaurante del Plaza, luego bajo el lucernario, rodeado  de gordos y gordas, gente posando abrazados a una serpiente, caricaturistas dibujando, esos grupos de música de aspecto patético pero inefable. Un chino con un rockero, viejísimos los dos, cantando country, otros cantando blues, rock and roll, un tipo de unos 40 y tantos, flaco y huesudo, con larga perilla, levita de saloon, Stetson negro en la cabeza y pañuelo negro al cuello, con otro totalmente calvo, vestido con un chaleco de lentejuelas, cantando La Bamba. Sosias de Elvis paseando por entre la multitud. Camisas floreadas, blancos, negros, asiáticos, mexicanos, hawaiianos, gordos que desbordan de los asientos de las máquinas tragaperras, camareras vestidas de cabareteras o de mexicanas, alla en lo alto, en la boveda, cantan Sammy Davis, Frank Sinatra, Elvis, y todo se mueve, se mueve, se mueve.

un restaurante precioso
con sabor de los 40-50
en las paredes caricaturas elegantes de famosos
que posiblemente habían pasado por alli
sobre todo actores de cine
un pianista gordísimo
que se parecía al de To have and have not, con 30 años más encima
que tocaba temas de jazz
y que había estado en la cárcel
y nos contó su vida
y las mesas
bajo una cúpula de vidrio majestuosa
que daba a la calle
the Strip
la avenida principal de los casinos
kilómetros de casinos
desde la cúpula veías
mientras cenabas
la encrucijada de la calle
de izquierda a derecha una calle sembrada de casinos
y enfrente una calle longitudinal
inacabable
cubierta en los primeros 300 metros
por un techo abovedado luminoso
en el que proyectaban shows visuales
debajo una calle peatonal hirviendo de gente
y por todas partes luces
luces
luces
ninguna de ellas quieta
todo se movía
todo cambiaba
Parménides
después
bajamos a pasear bajo la bóveda
y a curiosear por los casinos
ahora estaba escribiendo mis impresiones

y las capillas
de matrimonio rápido por 25 dolares
inefables
un cartel leído en una de ellas
NEED TO MARRY?
CALL 734 567
24 HRS A DAY
adentro un minialtar, unas sillas, un piano
unas flores blancas
probablemente de plástico"


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