martes, 13 de julio de 2021

The beginning of the journey

I was born in the year 1632, in the city of York, of a good family, though not of that country, my father being a foreigner of Bremen, who settled first at Hull. He got a good estate by merchandise, and leaving off his trade, lived afterwards at York, from whence he had married my mother, whose relations were named Robinson, a very good family in that country, and from whom I was called Robinson Kreutznaer; but, by the usual corruption of words in England, we are now called—nay we call ourselves and write our name—Crusoe; and so my companions always called me...

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sábado, 10 de julio de 2021

Comadres y pontífices

La mayoría de nosotros hemos oído o leído alguna vez historias sobre las cazas de brujas, pero quizá no tantos nos hemos preguntado cómo fue posible un fenómeno así. 

Todos tenemos un territorio irracional en nuestra mente. Y en nuestro comportamiento. Si ese componente sólo aflora de cuando en cuando en nuestra vida cotidiana es, en buena parte, porque vemos que a nuestro alrededor la irracionalidad está controlada. 

Autocontrolada. Es un ciclo que se alimenta a sí mismo. Tus emociones no dominan completamente tu vida porque necesitas encajar en la sociedad, y las emociones tampoco dominan el comportamiento de los demás porque tú, entre otros, evitarías relacionarte con ellos.

Esa pauta no se cumple en algunos casos. Los espectadores de algunos deportes acuden unidos por un mismo deseo y eso los une. Se pueden permitir gritar desaforadamente o insultar a quienes no comparten su deseo colectivo.

Es un desahogo, claro, pero también es un regreso al tiempo de los primates. Basta con desempolvar el sentimiento de tribu, o de manada, para ser capaz de romper las pautas de comportamiento 'normales' y no sentirse culpable de nada.

Pero, como mis lejanos antepasados, me estoy yendo por las ramas. Lo que yo me he preguntado hace un rato es, literalmente, cómo es posible que una colectividad llegue a entrar en esa dinámica. Quiero decir, qué pudo haber sucedido en aquellas sociedades para que en ellas se desatara una caza de brujas.

Como mínimo, creo yo, tendrían que darse dos condiciones:

· uno o varios individuos del grupo difunden una noticia que inspira terror o rechazo
· una autoridad respetada por la mayoría confirma la noticia

No hace falta mucho más. Una o varias comadres empiezan a comentar las prácticas sospechosas de ciertas vecinas, el rumor se extiende, el miedo y el rechazo se apoderan del grupo... y seguidamente el sacerdote asume el mando e instiga a la persecución de las disidentes. Problema resuelto.

Han pasado ya algunos siglos desde las primeras cazas de brujas, pero si alguien quisiera hoy reproducir aquel fenómeno sólo tendría que introducir algunos retoques en esas dos condiciones.

Por ejemplo, podría empezar convenciendo a los medios de comunicación para que difundieran una y otra vez alguna noticia terrorífica. Una vez extendido el miedo y el rechazo entre la población, le bastaría con seleccionar a unos cuantos científicos respetados y convencerlos para que confirmaran el rumor.

'Convencer' es una palabra quizá demasiado ambigua, pero lo dejaré así. Que cada uno la interprete como quiera. En cualquier caso, el resultado es el mismo. Unos medios 'convencidos' cribarán celosamente la información que proporcionan, o la distorsionarán convenientemente. Y unos científicos 'convencidos' pontificarán sobre esa nueva realidad.

En realidad, siempre ha sucedido, sólo que en menor escala.

En aquellos tiempos lejanos, la mayoría de las comadres no tenían ganas de cuestionar lo que les contaban las vecinas, y otras no se atrevían por miedo a ser incluidas entre las perseguidas. Pero, aunque alguna se hubiese atrevido, nadie la habría escuchado.

Así fue como la tierra fue plana durante milenios, y como Miguel Servet fue quemado en una hoguera y Galileo terminó sus días arrestado por la Inquisición. Pero el hecho de que la humanidad terminase aceptando la realidad no quiere decir que la tierra nunca más volverá a ser plana, o que las comadres nunca más volverán a ver a alguna vecina volando en una escoba. Seguimos siendo lo que somos.

Ah, se me olvidaba preguntar: ¿alguno de vosotros ha visto recientemente a algún vecino volando desnudo, montado en una escoba? Pues, si no lo veis en la televisión, ni se os ocurra mencionarlo.

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