domingo, 11 de mayo de 2008

La ola

Cuando uno publica para un planeta redondo en cuya superficie se persiguen sin pausa el día y la noche, las estadísticas de audiencia se asemejan a las olas de un mar.

Veamos. Ricky Mango publica un episodio de su podcast a las 6 de la tarde en algún lugar del Mediterráneo. Es buena hora para los oyentes de Europa, que empiezan a afluir. El aflujo seguirá aumentando hasta las 11 o 12 de la noche, y después de esa hora la audiencia irá desertando poco a poco. La ola decae.

Pero no por mucho tiempo. A partir de las 2 de la madrugada, mis fieles seguidores de California y de Denver estarán ya dispuestos para tomar el relevo, más o menos antes de cenar. Pronto se les sumarán mis oyentes mexicanos, neoyorkinos, tejanos y miámicos, y en pocas horas toda América Latina estará asomándose ansiosa al podcast para escuchar el nuevo programa de Ricky Mango.

La ola empieza a perder altura a eso de las 7 de la mañana, hora europea. En Buenos Aires se está haciendo tarde. Las ocurrencias de Rick no le quitan el sueño a nadie, y también en América tiene uno derecho a dormir. Es un momento duro para el ego de R.M. Casi todo el planeta parece ausentarse del podcast. A veces algún despistado de Australia parece querer curiosear pero, en conjunto, durante unas breves horas las estadísticas del podcast se quedan planas.

¿Quién dijo angustia existencial? Sólo tres horas después, hacia las 10 de la mañana, un par de tímidos residentes en Japón están ya atisbando de nuevo. ¿Estarán merendando sushi? La actividad renace. Los primeros oyentes de Beijing se asoman al podcast, y después de ellos Taiwán y Shanghai se suman con alborozo. Ese charlatán que cuenta historias en español siemple los solplende.

Son la última ola antes de recomenzar el eterno retorno. Ocho horas después, el silencio se ha apoderado de China, y el planeta entero parece querer descansar del pertinaz Ricky.

Pero la ilusión es fugaz. Antes de que el silencio sea total, un primer oyente desde Turquía pincha el botón Play y rompe el hechizo. En Alemania están también aguardando, expectantes, a terminar de cenar para poder oír esa primera frase siempre prometedora:

'Ricky Mango presenta..."

 
Turbo Tagger