domingo, 28 de junio de 2009

Unos cuantos desahogos

Michael Jackson
Un orangután neurótico que, seguramente por falta de lianas, durante treinta años atronó bares, cráneos vacíos y escenarios del mundo cantando siempre la misma canción. Me gustaría felicitarlo por su defunción, pero resulta que se ha muerto.

Nacionalistas regionales
Son los nuevos falangistas. La prueba definitiva de que el franquismo aún vive. Camisas azules, personajillos de tres al cuarto que gracias a un puñado de consignas peronistas han acariciado, poseído, fornicado e incluso sodomizado el poder (y a quienes no somos peronistas). ¡Arriba escuadras, a vencer, que en la Cueva empieza a amanecer!

Nacionalidades
Toda la mundialidad sabe que la conceptualidad de nacionalidad es una conceptualidad discutida y discutible. Por eso yo me pregunto: Si uno no tiene la obligación de amar a la mujer o al hombre que sus mayores le han asignado como cónyuge, ¿por qué, en cambio, tenemos todos que amar el maldito terruño de nuestros ancestros en lugar de encariñarnos, por poner un ejemplo, con Curaçao o Hong Kong? En mi opinialidad, esto de la nacionalidad es una horteralidad.

Papel de fumar
El nuevo presidente del Cacicazgo Gallego ha hecho una encuesta entre los padres de niños en edad escolar para saber en qué idioma quieren que estudien sus hijos. ¿La próxima será una encuesta para saber el tipo de peinado que los padres desean para sus retoños? ¿O bastará con el sentido común para saber que no todo el mundo tiene por qué querer peinarse con la raya en medio?

Igualdad
Hasta tiene un ministerio, oiga. Ni siquiera a Hitler se le había ocurrido. Pero en ningún momento se nos aclara de qué tipo de igualdad se trata. ¿Todos y todas con el mismo uniforme, como en tiempos de Mao Tsetung? ¿Se unificarán también por ley los urinarios públicos o el número de orgasmos? ¿Deberán alternarse los maridos con sus esposas para parir un hijo cada uno? ¿Todos sin sujetador y maquillados, o todos con sujetador y sin maquillar?

Lo siento, maese Zapatero, pero esto de "igualdad" a secas suena demasiado a "todos borreguitos", "todos fascistas", "todos comunistas"... o "todos muertos". Podría haberse ahorrado usted muchas lucubraciones ajenas añadiendo simplemente "... de oportunidades".

Y cumpliéndolo.

Irán
Es un país cuyos habitantes nadie sabe a dónde irán. También Chamberlain y otros fingian no saber a dónde irían las SS. Y, mira tú por dónde, unos cuantos meses después les entraron en París.

Los presos de Guantánamo
Son mucho más famosos que los de La Habana. Pero, simplemente, porque salen por la tele.

El tuteo
Otro síntoma más del nuevo comunismo sociológico que nos invade. Les pondré a ustedes un ejemplo (verídico):

Acudes a la consulta del traumatólogo. La recepcionista, atareada detrás de su mostrador, no te saluda. Ni siquiera levanta la vista para mirarte. Extiende una mano y, sin apartar la mirada de su sudoku, espeta secamente "La tarjeta". Notas cómo un humo empieza a salir por tus orejas. Le entregas la tarjeta. Ella la pasa por la maquinita, la vuelve a dejar en el mostrador y, sin mirarte todavía a la cara, rebuzna rutinariamente "¿Te sientas un poquito?" Sientes cómo se te hincha la vena del cuello. Pero te aguantas las ganas de armar la marimorena, y te sientas allá al fondo de una sala muy grande.

Cuando se entera de que te ha llegado el turno, la recepcionista, sin moverse siquiera de su mostrador, grita a voz en cuello: "¡José Manueeeel!" Ese eres tú. "Puerta B", añade. Entonces tú debes levantarte obedientemente y entrar a la consulta.

El médico estará allí sentado, ocupado en sus cosas. No te invitará a sentarte, ni a cerrar la puerta. Durante un rato, no te saludará ni te mirará a la cara. Por fin, cuando levante la vista, lo más probable es que diga únicamente "Hola". Y a continuación: "A ver. Qué te pasa, José Manuel".

O a lo peor es que yo me había equivocado, y estaba en la consulta del veterinario.

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